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lunes, 19 de julio de 2010

- El Enemigo que me drena -

Todos los días me siento aquí frente a mi enemigo.
Enemigo?
No lo se...
Quien es el enemigo aquí?
Supongo que esta maquina.
Este agujero negro.
Me drena, me absorbe la vida.
Me absorbe el tiempo.
y cuando el tiempo se esfuma, vienen los miedos...
Aun no logro hablar del miedo, las palabras están ahí guardadas,
pero no las puedo sacar a la luz.
Si le temo, a la falta de voluntad, y a esta maquina.
No se de que otra manera llamarle.
Es un virus que me drena la vida todos los días.
En mi estado de espera, situación de la que no logro librarme aun;
esperar, esperar todo el tiempo, hoy son 20 días, mañana cuantos mas?
Me aterra la idea de como dejo que esta chupa sangre se beba mis días,
y no hago nada al respecto, porque sigo esperando,
y en la espera los relojes salen volando, las manesillas son agujas,
silenciosas me van drenando, abren heridas que poco a poco se van infectando.
Sí, tengo la cabeza llena de pólvora, pólvora esperando arder,
con un chispazo escondido en alguna parte del día, algún minuto de la semana,
que esta ahí, arriba de mi, furtivamente esperando el momento de saltar al vació,
al vació de mi cabeza, que se seca, mientras que este enemigo me drena;
y el chispazo que encenderá la dinamita?... No se cuando ni como, ni siquiera si llegue, aveces me atormentan los presentimientos, me perturba aquel lado de la trinchera, donde no brilla el sol; me envían cartas, solo con malas noticias.
Y yo aquí estoy abúlico, mirando como estos pequeños enemigos hacen sus fortalezas sobre mi. Estoy tratando de derrumbarlas, y cuando lo intento, me aterra pensar en mañana, cuando yo este luchando aquí, por la espalda la mecha pudiera ser encendida, y no alcanzaría a apagarla, necesito ojos en mi espalda, necesito apartarme de la espera, para que no me amarre a esta maquina que me drena y me llena la cabeza de frecuencias negativas.

viernes, 9 de julio de 2010

- Momentito de espera -


Escuchando aqueous transmission de incubus...
Después love love love de as tall as lions.
Y empieza a llover, se oye como si fuera lejos,
pero solo basta con asomarme a la ventana y ahí estará.
La lluvia y sus nubes rositas, la media noche y sus suspiros.
Me miro el estomago, la panza enorme que me ha crecido,
y que extrañamente no me ha dejado de dar un cierto malestar,
no es dolor, pero se siente incomodo...
Mis pensamientos negativos y mi hipocondria están haciendo su parte...
Si les presto mucha atención, las cosas pueden terminar bastante mal,
así que me arruyo con el sonido de la lluvia y la música que mezclo entre silencios y pensamientos, presión de teclas y ojos que desvían la mirada hacia una hormiga que trepa la pared.
Y aquí estoy, a media noche, con pequeños sobre saltos de vez en cuando, por los ruidos que trae la noche y la lluvia, sobre todo esos golpecitos esporádicos en las puertas y ventanas. Mas la música me pone en un modo calmado, y un tanto anheloso. Mi anhelo y deseo aumenta junto con las horas, pero me gusta esta parte en la que espero algún suceso.
Es mejor cuando no sabes que sucederá, dejar que el factor espontaneidad haga lo suyo.
Mañana me escapo, entre mentiras blancas y mi sed de lejanía. Aunque pareciera que todo pasa en un parpadeo, voy a disfrutar esos segundos, horas, días en los que el momento en el que se abre y cierra el ojo sucede. Mañana estaré de ida con mi compañero favorito, mientras mi termómetro de lejanía y romance sube sin saber en donde vallamos a parar.