- " Todavia cierro los ojos y te veo bailando" -

Todavía cierro los ojos y te veo bailando.
Todavía cierro los ojos y me veo brincando.
Tengo aquí presente esa carita tan hermosa que con lentes adornas y yo ya no quiero parpadear.
Una nueva noche, una nueva vida, celebramos vestidos de rojo, resaltamos de entre la gente.
Apuesto que nadie se siente tan feliz como nosotros, abra quien se le acerque, pero no como nosotros.
Nuestras sonrisas iluminan más que todos esos colores giratorios, las lámparas, láser y neones bajan su intensidad ante la luz que emitimos.
De pronto salen palabras que no todos pueden escuchar, que muchos otros desearían escuchar, y tenemos la ocasión, el privilegio de decirlas, de regalárnoslas, ahora que tocan los oídos, me dejo llevar entre la luz y tus brazos, cierro los ojos y me entrego a tus labios, ya no necesito nada mas. Y entre el baile y las sonrisas, flotamos en nuestra alegría, en la celebración de sentirnos nuevos, de sentirnos llenos.
Así caminamos de noche, por las calles que te observan, con los autos como balas, con el cansancio en las piernas, con tus besos embriagantes, adrenalina a punto de hacernos explotar.
Y de la mano vamos, fuertemente apretadas, con la ansiedad de llegar pronto a aquel mágico lugar que nos esperaba para ver el primer amanecer de un nuevo año.
Porque no es más larga la madrugada? Porque tenemos que dormir hoy? Aunque ahora que lo pienso, me agrada la idea de dormir, porque se que esta noche dormiré a tu lado.
Camita pequeña para los 2, no necesitamos gran cosa, todo lo que necesito es entrelazarme contigo, sentir como respiras, como nos perdemos en el sueño.
Cuanta emoción, cuantos anhelos, no recuerdo haber sentido esta necesidad de estar vivo, no recuerdo cuando fue la ultima ves que me paso, o si alguna ves me sucedió.
Quiero que las mañanas sean así, deslizándome por debajo del edredón, crear una noche debajo de las almohadas; mientras, afuera, el alba me da oportunidad de ver como regresas a la vida, ver como me miras, lentamente, tierno, y con una sonrisa tuya me bastaría de desayuno.
Ahí pasamos todo el día, en un lugarcito quieto y especial, tu pequeño hogar; con la puerta cerrada creamos secretos, secretos que solo nuestros cuerpos saben de lo que hablamos.
Así que en este momento te puedo decir:
Todavía cierro los ojos y te veo bailando.
Todavía cierro los ojos y me veo brincando.