02/11/09
Ojala la ciudad siempre estuviera así de quieta, envuelta en silencio, será porque es puente? Porque es Día de Muertos.
Camino cuadras y cuadras, a veces con paso firme, otras con paso lento, dependen mis ganas, depende mi esfuerzo; apago la música por un momento y me doy cuenta de cómo las calles mudas me miran, de cómo los tristes arboles me saludan con sus silbidos y movimientos de lado a lado, escucho mis pasos entre el pavimento, cuando piso piedritas en el roto cemento, si cierro los ojos por mas de un minuto podría engañarme a mi mismo y creer que estoy en un campo abierto, lejos, en una soledad mas apacible y afable que la que se siente aquí en las calles, hostil y desgarrante.
De vez en vez hacen presencia personas, pero para mi que son fantasmas, no te miran a los ojos, no responden si les hablas, mientras camino cuadras y cuadras, largas de enormes fachadas, pegando papelitos en cada entrada, papelitos por los cuales me pagan y de paso mis piernas también ganan forma; en una ruta encuentro mas casas abandonadas que habitadas, y en cada buzón siempre hay telarañas, me da miedo que en una de esas me valla salir una araña en lo que le pego un papelito al buzón y me pique así que tengo q ser precavido, pero me torno mas ido y perdido conforme pasan las horas, el sol y mis deseos adolescentes de amoríos. Admito que siento una extraña atracción por estas calles vacías invadidas de silencio, que si lo escuchas mucho puede tornarse ensordecedor, así que me siento debajo de un árbol porque las piernas me quieren fallar, no veo señales de vida, será que tanta soledad me nubla la vista? Me despierta el aire frio que roza mis mejillas, entro en razón, estoy buscando una salida pero salida de donde? Si estoy en un espacio abierto! En mi estado holgado nada de esto debería de darme miedo, sí al principio dije: “ojala siempre estuviera así de quieto”, me ahorra el mal humor, es un día menos sin escupir veneno, estoy sumiso ante el silencio, y me pongo a mirar los carros, a donde irán? Quiero subirme a uno de ellos y que me lleven a donde en verdad quiero estar, porque aquí como que me estoy sintiendo observado, muerto, abandonado como los arboles secos que se asoman por los techos de las casas mudas donde los fantasmas juegan a asustarte, si atisbas las ventanas en el momento correcto…
Me paro y sigo mi camino, el estomago ya se puso caprichoso y si no muevo las piernas me adormecerán el cuerpo completo. Extraña se ve la ciudad vacía o al menos un poquito mas tranquila, la gente esta en los panteones entre flores, rezos, dolor, paz, con calaveras de azúcar y chocolate pa’ endulzar la amargura que producen los recuerdos, el abandono, soledad y resignación que queda cada que se recuerda que alguien ya no esta contigo.
Apresuro el paso quiero regresar a casa pronto, tomar un baño, una siesta, estribar mi cuerpo en la cama por un rato, para después levantarme y regresar a la calle de la que huía hace rato; ya quiero que sea la hora de subir al camión, enmudecerme por un rato, como la ciudad que esta descansando, de la gente, del smog y del ruido molesto de los carros; para así llegar a los brazos de esa personita que tengo ahora para mi, la que me hace sentir todo, menos muerto, que me alegra cualquier rato estando cansado, aletargado, sentado en una esquina mientras me tomo un jugo de naranja, o siga pegando papelitos publicitarios en cada entrada; la que hace que los fantasmas terminen bailando, aunque lo mire cansado, agobiado o distante, se que por dentro esta entusiasmado, bueno, no más que yo!! Ja ja, que todo el día entre calles mudas y silbidos lejanos, estuve esperando a poder envolverme en sus brazos, un día de muertos, un día callado.
Saludos mi estimado ... buen escrito ... sigue así y compila tus escritos, tal vez, nunca se sabe, con ello hagas un libro.... Nos vemos mi estimado.
ResponderEliminarp.d ya te estoy siguiendo jojojo !
Hablas de amoríos pero no hablas de amoríos.
ResponderEliminarte deseo un año lleno de felicidad
ResponderEliminarUn abrazo
Les amants du pont neuf.
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